A menudo, los términos "rehabilitación" y "reforma" se utilizan indistintamente, pero en realidad hacen referencia a conceptos distintos y con implicaciones diferentes. Aunque ambos hacen referencia realizar obras en un inmueble, sus objetivos y alcances son diferentes. En este nuevo artículo que te traemos desde SOMOS. Obras y Servicios aclaramos de una vez por todas esta cuestión ¡Sigue leyendo!
¿Qué es una rehabilitación?
La rehabilitación de un edificio se centra en la recuperación de su estado original o en la mejora de sus condiciones estructurales y funcionales. Se trata de una intervención más profunda que una reforma, ya que suele abordar problemas de deterioro, obsolescencia o incluso de seguridad. Los objetivos principales de una rehabilitación son:
- Conservar el patrimonio. En edificios históricos o con valor arquitectónico, la rehabilitación busca preservar sus características originales y adaptarlos a las necesidades actuales.
- Mejorar la eficiencia energética. Se realizan mejoras en la envolvente del edificio (fachadas, cubiertas, ventanas) y en las instalaciones (calefacción, ventilación, aire acondicionado) para reducir el consumo energético y mejorar el confort.
- Aumentar la seguridad. Se corrigen problemas estructurales, se refuerzan elementos debilitados y se instalan sistemas de protección contra incendios.
- Adaptar el edificio a nuevas normativas. Se cumplen los requisitos establecidos en las normativas vigentes en materia de accesibilidad, seguridad, etc.
¿Qué es una reforma?
Por otro lado, una reforma se enfoca en modificar la distribución, acabados o instalaciones de un inmueble para actualizarlo a las necesidades y gustos de sus ocupantes. Los cambios suelen ser menos profundos que en una rehabilitación y no afectan a la estructura principal del edificio. Los objetivos principales de una reforma son:
- Modernizar el espacio. Se renuevan los acabados (suelos, paredes, techos), se cambian las instalaciones (por ejemplo, si se reforma la cocina, se aprovechará para cambiar las tuberías y la instalación eléctrica de esa área, pero no necesariamente de todo el edificio como puede ser en una rehabilitación.) y se redistribuyen los espacios interiores.
- Rediseño estético. Con el objetivo de reflejar los gustos y la personalidad del propietario.
- Mejorar la funcionalidad. Se optimizan las estancias para hacerlos más prácticos y eficientes, como por ejemplo, creando un espacio de trabajo en casa o abriendo la cocina hacia el salón.
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Resumiendo, la rehabilitación es una intervención necesaria cuando un edificio presenta problemas estructurales o de conservación, mientras que la reforma es una elección personal para mejorar el aspecto y la funcionalidad de un inmueble. Ambas tienen sus propias particularidades y requieren de profesionales cualificados para su ejecución.
Si tienes dudas sobre si tu vivienda necesita una rehabilitación o una reforma, ponte en contacto con los profesionales que formamos SOMOS. Obras y Reformas. En nuestra empresa de construcción en Narón te asesoraremos.